¿Quién me lo iba a decir a mí?... bueno, en realidad, en el fondo del corazón algo sí me lo decía... cuando danzas con la Vida, a veces, puedes oírle algún que otro susurro... cosas de la Sincronía...
Un
rato de footing mañanero y un parón en aquella misma esquina de
siempre, unos estiramientos y coger aliento para subir la última
cuesta. La más dolorosa, la más bestia, la Cuesta de todas las
cuestas...¿el reto?... subirla lo más “decentemente” posible y
de un tirón. Subirla sin que se note demasiado que podrías
“rebentar” de un momento a otro... llegar al final como si nada y
seguir hasta el destino sólo unos pasos más adelante regularizando
la respiración lo más dignamente posible, ya que de buen grado
pararías nada más subirla para abandonarte a la extenuación de los más puros aspavientos y jadeos boca abajo, apoyándote en las rodillas y con el
culo en pompa.
Sin
embargo, aquella mañana, antes de cualquier ejercicio al llegar a mi
particular esquina de boxes, aproveché para atarme mejor los
cordones de las bambas y me posicioné mejor en el ángulo de la
pared... y fue justo al incorporarme lo vi, me quedé clavada por lo inesperado, justo enfrente de mis
ojos... un anuncio, una fotocopia pegada en la pared, una invitación
ciudadana a una asamblea en el Parque del barrio sobre el Infortunio
de nuestros tiempos de corrupción, crisis, desahucios,
desesperanza... Dije “vale”. Supe que tenía que ir, supe que
iría y sentí que recordaría ese mismo Instante para siempre.
Siempre
preguntándome dónde estaban los “guerreros” en mi proximidad.
Siempre anhelando conocerles y compartir una causa, al menos una, que me empujase a
unirme a sus filas. Una crisis bien entendida siempre
es una oportunidad para construir y crear... ya no tenía excusa.
¿Quieres? Pues ¡muévete! (eso me dijo la esquina).
Unos
meses antes, encontré por la Internet la iniciativa de Plantem-nos.
Me fascinó. Aquello era ser creativo. Aquello era ser
revolucionario. Volver a la tierra, al campo, pero en la misma Ciudad!...con respeto
y conocimiento. Recuperar la verdadera riqueza y la verdadera
abundancia. Pero no sólo recuperarla, sino hacerlo en cooperación,
uniendo esfuerzos y propósitos, ilusiones y diferencias...Vivirla!
Fui.
Escuché. Miré... pero ¿dónde estaban? Cómo entonar un ¿dónde
estáis?... pues así hice. Micrófono en mano reclamé (en mi línea)
emancipación y “motín en el barco” además de tanta indignación por “lo mal que
nos cuida el Capitán”...pues ¡cuidémosnos nosotros! Me acordé
entonces de aquellos que se “plantaron” y tomaron un Solar muerto
y abandonado para hacer de él un Huerto vivo y social en el mismo
centro ciudad. ¡Eso tendríamos que hacer! (grité), nos quitan, nos
roban... pues plantemos los solares y tomemos nuestro derecho a plantarnos
unas “papas pa comer”!
Al
final del acto me disponía a regresar cuando Dani se me acercó.
Dani de Plantem-nos que me presentó a vecin@s con las mismas inquietudes...Los encontré! Guerreros y guerreras de primera
fila... y habían estado siempre ahí...tan cerca en el desencuentro.
Después
de meses de trabajo y de paciencia conjunta, hoy estamos de
enhorabuena. Sembrant Ciutat-Xarxa d'Horts Urbans, es una
realidad. Podemos decir que, aunque somos los más recientes en
llegar, hemos logrado un precedente en nuestra ciudad como huerto
urbano de cesión privada en calidad de guardia y custodia. Pero no
somos los únicos ni seremos los últimos... porque esto es ya una
Revolución Eco-hortícola en esta Ciudad... ¿Quién me iba a mi a
decir hace unos meses, no que tendría un huerto, sino que formaría
parte de uno y de todos?! ¿Qué satisfacción puede haber mayor para un vegan@
que procurarse los frutos en comunión e intercambio, ya no sólo con
la Madre Tierra, sino en familia y con gente maravillosa?
Esto
es un homenaje para aquellos que nos inspiran... ¿quién dijo que el
Instante revoloteo de una Mariposa no mueve montañas?
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