"Ese estofadillo de papas y judías verdes de la Abuela"
Amaneció un día de Invierno. Lluvioso y frío. Son aquellos días
donde apreciamos más la calidez de un hogar, el cariño de nuestros
seres cercanos sea en el lugar que sea (trabajo, escuela... o desde
la serenidad del recuerdo...). Son refugios desde donde poder
disfrutar la belleza de un día de Invierno. Nos acordamos, entonces,
de aquellos que lo Sufren en lugar de poder Gozarlo.
Son días de “cuchara”. De estofados, de guisados, de pucheros...
Podríamos escoger para hoy un estofado de patatas, bien calentito y
caldoso acompañado de ese Pan casero tan divino. Cuando los nuestros
(familia, amigos...) lleguen ansiosos “al refugio”, ya sólo la
bienvenida del aroma transmite, en un segundo, el esplendor de
Ser-amado. Y si nadie ha de llegar, nos cuidamos y nos mimamos,
manteniendo el recuerdo siempre vivo de Ser-amado. Pues ya dijo
alguien (Lutero, si mal no recuerdo) que no es tanto procurar estar
bello para que nos amen... cuanto que Ser-amados es lo que nos hace
bellos.
La técnica de este estofado es casi idéntica a la del"arrocito de la Abuela", sólo que en vez de arroz son patatas. Añadiremos
un elemento muy recurrente (pero del que no hay que abusar): La soja
texturizada, para aportar proteína.
La soja texturizada es una de
esas cosas que descubrimos cuando nos pasamos al Mundo del
vegetarianismo/veganismo que impresiona por su “gran parecido”
(en gusto y textura) a la “carne-picada”. Es muy desagradable
tener que escribir esto que acabo de mencionar, pero sé que si hay
personas que están tanteando el tema, o les interesa el hecho que
hayan otras opciones o están tomando información... pues creo que
puede ayudar. Siempre se insiste que esta alternativa alimentaria
responde a criterios éticos y de sensibilidad. Hay Razón y Pasión.
Logos y Corazón. Como alguien dijo, la combinación de las
Verdades. Por lo tanto, esa es la prioridad. No se trata de un
“dogma”, ni de liturgia, ni de “compasiones vacías” para
seguir corriente alguna...ni tampoco se trata de “pasarse porque se
encuentran sustitutos de placeres”. Cuando es así, hay un mal
entendido de esta cuestión. Y cuando no hay Comprensión (La Razón
y la Pasión jutas) los intentos suelen ser, en la mayoría de los
casos, fallidos. Es por ese motivo, que presento en este espacio una
investigación (no académica y de forma superficial) de carácter
onto-lógico (Ser-razón;Ontología Vegana, la Razón de Ser Vegan@).
A lo que iba... que me pierdo... La soja texturizada pues, puede ser
un buen aliado para los papis que estén en transición, por la
semejanza a la cual me he referido... no por ellos (claro está)
sino por l@s niñ@s. No será difícil hacer unos vegan-macarrones a
la boloñesa y dar “el cambiazo”.
Eso sí, yo siempre recomiendo
moderación y control con todo lo referente a la Soja por sus
inconvenientes.
Podemos elaborar pues, para hoy, un reconfortante estofado de
patatas.
- Ponemos a hervir en una olla las judías verdes, con chorreoncito de aceite de oliva. A fuego medio lo tapamos y que se hagan bien con su tiempo.
- Ponemos a sofreír unos puerros con unos dientes de ajo (los puerros tienen propiedades magníficas y los ajos, ya no digamos, además de ese sabor exquisito, proporcionamos habitualmente ese toque de Yodo) y añadimos la Soja texturizada fina.
- Luego el pimiento, Sal y sazonamos con nuestras especias preferidas (laurel, albahaca...)
- Cuando la cosa toma color, podemos añadir un chupito de vino dulce y cuando pasen unos minutos que vemos que la soja está pidiendo líquido (porque empiezan a tostarse, pegarse y con el peligro de quemarse), añadimos algo de agua y tapamos unos minutos. El truco de la soja es que tiene que hacerse bien y resultar melosa, ya que no será agradable si quedan duras .
- Pasados unos minutos, añadimos las patatas troceadas. Remover y añadir tomate triturado.
- Cuando las judías estén aldentes, verter el contenido de la olla (caldo y verdura) en la sartén con el sofrito y las patatas.
- Rectificar de sal, si procede, añadir pizca de Cúrcuma y pizca de pimienta negra.
- Dejar unos minutos para que se haga la patata y apagar la vitro. Tapamos y con la inercia del calor acabaremos de cocinar todos los elementos así como dejar tiempo de reposo para que armonicen.
- Si tenéis... sería ideal añadir unos piñoncitos a este plato.
En fin, es muy sencillo... así como el “arrocito de la abuela”
es un plato normal de “antes” del Bum “como carne (de animal
no-humano) tós los días”. A disfrutarlo!
Feliz Instante de Invierno!
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