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miércoles, 9 de enero de 2013

¡Mamá!¿Qué es esa cosa blanquecina que sube y baja en agua turbia?!


 
¡Mamá! ¿Qué es esa cosa blanquecina que sube y baja en agua turbia?!

¡Ahora te los presento, hija!... 

 
Se trata del Kéfir (“los Manolitos”). Muchas veces nos pensamos que el Kéfir es esa leche o yogurt que se venden en algunos puntos de alimentación orgánica. No es así. Propiamente dicho, el Kéfir es un cultivo de bacterias, lo que se vende en las tiendas es el producto de su fermentación.

Los nódulos de kéfir, en sí, no se encuentran en el Mercado... (aunque se pueden obtener comprándolo a través de Internet a alguien que se haya preocupado en organizar un cultivo y logística efectivo). La ciencia médica no manifiesta mucho interés en ellos (no encontraremos muchas investigaciones médicas al respecto) tal vez sea porque, ya sea para bien o para mal, ésta focaliza su atención en el objeto de la Enfermedad. Algo saludable por sí mismo (natural) no es objeto de interés para una Industria que necesita “crear” fórmulas (a través de una “falsa alquimia”) para la Enfermedad, por tanto nadie va a financiar investigaciones sobre un objeto cuyo fin no sea el Mercado (de la Enfermedad).

Sí que ha despertado interés, en cambio, en el mundillo de los bioalimentos. Las propiedades probióticas sí han sido investigadas y podemos encontrar bastante documentación en cuanto a estudios de carácter nutricional y dietético. Aquí podemos echar un vistazo, por ejemplo, a un trabajo muy completo de fin de licenciatura en nutrición por Andrea Miranda.

Sea como fuere, parece ser que este querido “bichito” escapa de las garras del implacable Mercado cuyos elementos son siempre un Medio para su Fin. Los nódulos de Kéfir se obtienen por donación (se le conoce a veces por el “hongo de la Amistad”) y no ha consentido “ser menos que un Fin”, no ha consentido que “lo exploten”.

Una de las compañías que se interesó por él fue Danone, cómo no, respecto a la fermentación láctea. Por otro lado, un tal Juan Pascual González Moliner se apresuró en patentar "el invento de la bebida"  en 1998 (...los de la Administración española de patentes...¿no se lo miran mucho, no...? porque tal cosa es como si voy yo ahora y patento el Sushi...en fin... )

Si investigamos cómo ha sido el transcurso de este interés, podremos apreciar de forma clara cómo el Fin del Mercado determina lo que es saludable y lo que no (¿no debería ser al contrario,la Salud ser el  Fin del Mercado?). Esta página es una de las que visité entonces, cuando descubrí a nuestro pequeño Gran Amigo. Aquí podréis encontrar una síntesis bastante buena (en mi opinión) en todo lo referente al Kéfir, pero además, algo harto interesante sobre este asunto de los intereses comerciales.

Transcribo:

¿Porqué si el Kéfir es una supuesta maravilla lo conoce tan poca gente?:
Según los estudios de empresas (como la citada Danone) trabajando actualmente en sus beneficios y propiedades, se puede afirmar que no es una supuesta maravilla, sino que es una realidad hasta donde se conoce, esto mismo enlazado a su dificultad para producirlo industrialmente explica su falta de promoción, puesto que no es fácil la distribución comercial de un producto vivo sin tratar y su conservación.

Además, existe el riesgo de su fermentación casera (reducida al mínimo en la elaboración casera del yogurt), o la competencia sobre otros productos que son más manejables y con más posibilidades de tratamiento para adaptarlos a gustos diferentes.

El informe de Danone resume las propiedades del Kéfir en el cuadro siguiente:


El informe de DANONE además, hace las siguientes menciones específicas sobre el Kéfir:
[Estudios recientes han investigado los efectos antibacterianos, inmunológicos, antitumorales e hipercolesterolémicos del consumo de kéfir…
Los efectos probióticos de las bacterias ácido lácticas y las Leches Fermentadas se pueden categorizar de la siguiente manera:

Efectos sobre el intestino delgado y la digestión; modificación directa de la microflora del colon y su metabolismo, y, efectos generales que se inician en el colon. De este modo, el beneficio más importante del yogur en la salud se relaciona con el mejoramiento de la digestión de la lactosa; mientras que las bifidobacterias afectan principalmente el balance de la microflora del colon; el kefir, y el L. casei (forma parte del Kefir) proporcionan beneficios globales mayores, el primero en relación a sus efectos antimicrobianos y el segundo relacionado con la diarrea. En todos los casos, las bacterias ácido lácticas deben estar presentes en las LF en grandes cantidades, y deben estar vivas y activas.]
Texto y cuadro extraído de: Probióticos: bacterias que promocionan la salud. Dr José M Cobo. Coordinador científico. Servicio de Health Marketing. Danone España.

Aunque estos estudios se han hecho y el trabajo para conseguir cultivos industriales del producto se han realizado y se siguen llevando a cabo por numerosos laboratorios y multinacionales de todo el mundo, todavía no se han conseguido resultados que permitan un lanzamiento con garantías de éxito y efectos equiparables al cultivo original en circulación por usuarios particulares.

De hecho lo que se intenta y sí tiene un óptimo resultado a nivel comercial, (de dudosa efectividad real) es la adicción de algunos de los microorganismos probióticos que componen el Kéfir en otros productos para la alimentación (como yogures, leches, dulces, bebidas…) Por ejemplo, el L.casei o bífidus (ambos componentes habituales y simbióticos en el Kéfir de leche y/o agua).

Es puro interés de la comunidad científica que trabaja para las multinacionales no difundir un próbiotico natural que ofrece muchas más ventajas de los que son capaces de replicar en productos comercializables, cuando su adquisición y distribución es grátis y su producción casera.

Para las multinacionales que se esfuerzan en vendernos las cualidades de sus productos manufacturados de peor calidad y efectos, sería contraproducente publicitar su enemigo comercial y a la vez su fuente de inspiración probiótica que es el Kéfir.

Tampoco esta actitud es nada nueva, ya que solo nos enteramos de los efectos beneficiosos de plantas, sustancias y tratamientos antes usados de modo tribal, cuando han sido comercializados por laboratorios prestigiosos y están sus compuestos activos registrados por patentes internacionales, eso suponiendo que nos queramos enterar o nos dejen, en su mayoría a nadie parece interesarle pero supone un negocio de miles de millones de euros, para una minoría rica del planeta dispuesta a pagar lo que sea por el elixir de la eterna juventud sin renunciar a un modo de vida que nos genera parte de los sufrimientos personales y globales del mundo.

Otra cosa son los ministerios de sanidad de nuestros países, atrapados entre los intereses farmacéuticos –comerciales y el bien público sanitario, hasta ahora parece que siempre han vencido los intereses farmacéuticos y comerciales, en detrimento de una prevención basada en una alimentación natural y menos dependiente y más local, bajo el riesgo (en el caso del Kéfir, Yogurt casero u otros fermentos artesanales), que nos contaminemos por una producción hogareña inadecuada o sin garantías alimentarias por colonias de microorganismos que en su mayoría se desconocen y/o están escasamente estudiados, o bajo premisas de pretendida higiene y prevención.

Sin embargo y contradictoriamente, podemos acumular cientos de medicamentos con o sin receta en nuestros domicilios, muchas veces al alcance de los niños, por y para el bien de quien los vende, casi siempre en cantidades mayores que lo indicado para el tratamiento médico y algunas sustancias con demostrados efectos tóxicos para la salud, medioambiente y economía.

Es mucha la presión que pueden ejercer empresas como Nestlé con más de 200.000 empleados en todo el mundo y una facturación de 50,6 billones de dólares, o uniones entre multinacionales de la alimentación y la industria farmacéutica que significan de hecho un monopolio en sectores de la bio-alimentación con control del 80% del sector e importantes lobbies políticos.

El negocio de la vida es hoy en día una mercancía más, con un 95% de las patentes mundiales en mano de 5 transnacionales, a pesar de que el tercer mundo alberga el 90% de los recursos genéticos, en un proceso claro de biopiratería.

Paralelamente se implantan mercados casi forzados e ignorantes de consumidores de transgénicos como Biotech, Aventis y Monsanto lo hacen en Nicaragua, o empresas que supuestamente se interesan por la investigación en salud contaminan a su vez con residuos químicos en Noruega, caso de Bayer o Kanegafuchi.

Otro ejemplo sería un país rico en recursos medicinales naturales como Colombia, que no promueve el desarrollo de los mismos por su Sistema de salud , al no interesar ni a políticos ni a empresas, mientras crece el mercado de medicamentos a cifras de 1,2 billones de dólares, sin tener en cuenta el mercado negro, ni adulteraciones. “

                                                                              


Así pues, nuestro “bichito natural” resulta "incómodo" para los sistemas vigentes de producción de Mercado...su explotación NO ES VIABLE. Veamos cómo es la apuesta de Danone respecto a los probióticos …ellos apuestan y desarrollan algo que sí puedan manipular, controlar y comercializar con éxito, da igual que esto, sin embargo, no resulte satisfactoriamente sano...(este no es el Fin... el  Fin es el Mercado), lo importante y lo que se busca es que pueda explotarse... la propaganda ya se encargará de "hacerlo saludable":

Aislar la bacteria probiótica y procesarla como aditivo en el producto lácteo... es decir, apuestan por la des-naturalización (desintegran para volver a integrar en un producto que sí puedan explotar... “cortan/pegan”): Aquí lo explica muy bien Sonia González Martínez, graduada en Nutrición Humana y Dietética (Universidad de València)  Actimel vs Kefir .
Transcribo:

"A diferencia del Kéfir, Actimel® obtiene sus propiedades inmunológicas (“ayuda a reforzar tus defensas”) por la adición de manera artificial (o también llamado enriquecimiento) de L-Casei DN-114 001 (se trata de un fermento patentado por Danone®) y  de vitaminas D y B6 (que "ayudan al normal funcionamiento del sistema inmunitario"). Con toda esta información, ya podemos deducir que las propiedades de Actimel®  son adheridas, tratándose por tanto de un alimento no natural a diferencia del Kéfir, que aporta sus beneficios sin intervención de la industria y que, se puede hacer desde casa. "

Y veamos ahora el resultado de esta adulteración:






En fin... con lo sencillo que te lo pone la Naturaleza... su coherencia radica y funciona en/con Singularidad/es integrales... y nosotros... venga y dále con el "Collage" chapucero... aquí saco... aquí pongo... aquí corto... aquí pego...

Mi experiencia personal-familiar con el Kéfir es excelente hasta el Instante. Yo convivo con el Kefir de agua. Supe de su existencia por pura casualidad cuando navegaba por los mares virtuales buscando otros asuntos y de eso hace ya casi 2 años. Después de interesarme e investigar en su momento no lo pensé dos veces y yo tengo muy clara cuál es nuestra experiencia con él. Hay que decir, que yo hablo, siempre, desde la perspectiva (o la premisa) de mi Salud, de la cual soy única depositaria, única responsable y ésta es de mi única competencia. Si tú pasas por algún desequilibrio o desajuste, ya sea momentáneo o crónico, dependerá de a qué o a quién hayas despositado la responsabilidad y la competencia  de la enfermedad y, por lo tanto, esa Instancia deberá analizar la compatibilidad.

Como ejemplo, he encontrado una Web "Chile lúpico" que desaconseja el consumo del elixir kefirado si padeces del Lupus e intentan emprender una investigación al respecto (sin mucho éxito por lo que veo... por lo visto los expertos no están mucho por la labor y se disculpan por ello):

"El Lupus es una enfermedad inflamatoria crónica de tipo autoinmune. Se produce por una hiperactividad en el sistema inmunológico. En palabras simples, nuestras defensas están hiperactivas y terminan atacando nuestro propio organismo. Por lo mismo, lo que se busca con una terapia para tratar el Lupus es “bajar las defensas”, y si estos productos tendrían el beneficio de “aumentar las defensas” nos van a jugar en contra y nos pueden generar crisis!"
Este temor responde a una argumentación lógica. Sin embargo, siempre podríamos llevarnos sorpresas si profundizamos en la investigación (y ojalá los expertos se “interesasen” por el tema). Así, por ejemplo, la Estevia es entre 100 y 300 veces más dulce que el azúcar y por tanto, desde una apreciación lógica inmediata aquellos que padecen diabetes pondrán el grito en el cielo... con sólo “olerla” podrían tener una crisis. Sin embargo, al profundizar encontramos que tiene un índice glucémico 0. Es decir, no sólo no aumenta la glucosa en sangre al consumirla, sino que facilita la estabilización de los niveles glucémicos en casos de desequilbrio crónico (Diabetes).

Esto son sólo suposiciones mías, que conste... lo que quiero decir con esto es que, a veces, la lógica a simple vista puede albergar una contradicción... es cuestión de investigarlo.


Al margen de la particularidad, si atendemos a la documentación histórica del Kéfir (y ésta sí que se remonta a la antigüedad), todo apunta a su cualidad beneficiosa (en cuanto a beneficio mutuo) en contacto con el Hombre. Parece ser que los microorganismos que lo componen no sólo trabajan simbióticamente entre ellos, sino que somos aptos para participar en esa Simbiosis. Si los cuidas, ellos viven. Si proliferan debes donarlos, por lo que favoreces su proliferación al mismo tiempo que facilitas la posibilidad de este intercambio a otros semejantes. Es un claro ejemplo de Simbiosis entre especies en la que mi familia participa. Un flujo de Fines y, por eso, esto sí funciona, a diferencia de los productos probióticos artificales (desnaturalizados) que hacen el trabajo POR tu organismo (inhibiendo el suyo propio y, por tanto, peligroso y perjudicial) el Kéfir trabaja CON él. Eso sí, siempre y cuando lo cuides bien y con responsabilidad. Si decides compartir “vivencia” con el kéfir, infórmate para hacerlo bien, esto es, para cuidarle bien pues este bien será muto.

No quiero hacer un alarde de “lo milagroso” del Kéfir, porque “no creo en milagros”... creo en la Salud y la Salud es un compendio integral de Todo... por lo tanto... ningún elemento, por sí sólo, puede ser milagroso para la Salud... la Salud eres Todo tú. Como pasa con los frutos de la Tierra, el kéfir es un cultivo de bacterias con el que poder tener un intercambio mutuo de beneficios...nada más extraordinario que eso...  ¿no es fantástico?!

Cada cual realice sus propias investigaciones si le interesa y llegue a sus propias conclusiones y decisiones tanto si experimenta como si no. 
 
Transcribo:

"Los tíbicos son un cultivo de bacterias y levaduras que consume azúcar para su desarrollo, produciendo una bebida refrescante nutritiva y muy sana.
El cultivo de tibicos se presenta en forma de gránulos traslucidos y sueltos de diversos tamaños, entre 1 y 10 mm. generalmente, compuestos por una estructura de polisacárido dextrinado, no soluble en agua, donde habitan en estrecha simbiosis los microorganismos amistosos que construyen esta estructura y dan a la bebida su cualidad probiótica. Si se dejan caer los gránulos en una superficie dura, botarán como si fueran de goma.
Los tíbicos son llamados también kéfir de agua en la creencia de que este cultivo es una adaptación del kéfir de leche original. Cosa muy discutible, ya que cualquier intento de adaptar al kéfir de leche a un medio acuático azucarado es infructuosa. Si bien se podría realizar el fermento con los nódulos del kéfir de leche durante unas pocas tandas. El cultivo se degenera y deja de crecer, señal de que algo no está bien y que se entra en terreno peligroso al desarrollar una fermentación poco fiable sin crecimiento del cultivo.
Los gránulos de los tíbicos se reproducen por gemación al ser alimentados con azucares en un medio acuoso. En su desarrollo descompone los azucares complejos en simples, haciéndolos mas asimilables y produciendo en el intercambio minusculos granitos de polisacárido responsables de gran parte de las propiedades terapéuticas del fermento. Estos pasan a través del colador cuando el cultivo es filtrado para obtener la bebida y se aprecian en el fondo al filtrar el cultivo y dejar reposar el agua fermentada. El crecimiento de los gránulos es la señal de que las cosas van bien y estamos realizando el cultivo apropiadamente.”


Os animo a que lo investiguéis.

Feliz Instante!

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